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Caminar en la verdad

Hugo Mujica

“Caminar en la verdad era una imagen antigua que dice que la verdad es un ir haciéndola, paso a paso, decisión a decisión”. El hombre es creíble cuando su palabra se hace acción.


Del evangelio de Mateo (23, 1-12)
Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos:”Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen. Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo. Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar ‘mi maestro’ por la gente. En cuanto a ustedes, no se hagan llamar ‘maestro’, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen ‘padre’, porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco ‘doctores’, porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías. Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado”.

Cuando Jesús dijo las palabras que acabamos de escuchar,
ya hace más de dos milenios,
la palabra aún era sagrada,
es decir, se le tenía fe, se creía en ella.
Se creía en ella más que en quien la decía;
la palabra valía aunque el portador de ella no la viviese,
aunque tuviera una doble vida.

Ese tiempo pasó. Hoy, para nosotros,
lo que vale, aquello en lo que creemos,
es en lo que vemos,
son los actos,
son las obras, no los discursos,
la vida y no las ideas.

Hoy los que no creen en Dios no es porque no crean en nuestras demostraciones teóricas de Dios o en nuestros dogmas;
no es porque no lo podamos demostrar.
Es porque no lo llegamos a mostrar:
con nuestro vivir es que no ven a Dios presente en nosotros.

Hoy la vida nos entra por lo ojos,
hoy ya hablamos de la pos-verdad,
y no como una invención,
lo hacemos como una constatación.

Jesús nos dice que creamos en el mensaje sin mirar al mensajero.

No sé si hoy, milenios después, lo diría así;
en todo caso, Jesús, el verbo trinitario,
no eligió ser palabra,
eligió la encarnación,

Eligió hacer del cuerpo y del espíritu una unidad,
un mismo obrar, un mismo amar.

No habló desde lo alto, bajó a mostrar lo que decía,
le puso el cuerpo a la verdad.

Primero se encarnó, luego habló,
y dijo lo que él mismo vivía,
dijo desde la abundancia del corazón,
por eso le creyeron,

por eso vive hoy,
por eso sus palabras siguen hablándonos,
por eso son palabras de vida,
palabras que las da.

Jesús no vino a decirnos que Dios nos ama,
vino a amarnos él,
no a revelarnos las condiciones de ese amor,
vino a mostrarnos ese amor.

No vino a darnos la vida,
vino a darnos su vida, a darse él.

Jesús nos reveló, encarnándola,
lo que es no la verdad,
sino la veracidad de una vida,
es decir,
una vida donde el creer es el obrar,
donde el pensar es el latir.

Una vida donde la palabra no precede al acto ni el acto a la palabra,
una vida donde la palabra es gesto,
donde decir es obrar,
como en el inicio de la creación cuando hablar fue crear.

Caminar en la verdad era una imagen antigua de la verdad,
una imagen que dice que la verdad es un ir haciéndola,
paso a paso,
decisión a decisión.

Caminar en la verdad es caminar hacia el hermano,
o hacia el extraño,
para hacerlo sentir hermano,

porque Jesús, la palabra hecha carne,
el verbo conjugado tiempo,
no vino a traer respuestas ni a promulgar dogmas,

vino, antes que a hablar, a escuchar lo que nadie escucha, lo que el poder intenta callar:
escuchó los gemidos del dolor,
el llanto de los desconsolados
el silencio de los que no tienen voz.

Escuchó, se dejó afectar, y después, recién después habló,
nos dijo, nos está diciendo,
que encarnemos lo que su vida encarnó,
que lo escuchamos a él, que nos dejemos crear escuchando a los demás.


Hugo Mujica estudió Bellas Artes, Filosofía, Antropología Filosófica y Teología. Tiene publicados más de veinte libros y numerosas antologías personales editadas en quince países; alguno de sus libros han sido publicados en inglés, francés, italiano, griego, portugués, búlgaro y esloveno.

www.hugomujica.com.ar

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