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Conversaciones poco comunes – Primera parte: La paz

David Steindl-Rast

Dos viejos amigos (un monje benedictino y un monje budista) comparten recuerdos, opiniones, esperanzas… En esta primera parte, el hermano David y Thich Nhat Hanh hablan de sus esfuerzos comunes por la paz, evocando cómo participaron juntos en una marcha contra la proliferación de armas nucleares.



Texto completo del video

Hermano David: No recuerdo cómo empecé a hacerlo, pero cada vez que alguien me decía que iba a visitar a Thay o Plum Village, siempre tomaba un trozo de papel, ponía mi mano sobre él, dibujaba el contorno y te enviaba el dibujo.

Thich Nhat Hanh: He olvidado completamente dónde nos encontramos por primera vez y cómo nos conocimos.

Hermano David: A mediados de los años 60 recibí una llamada telefónica de la Buddhist Peace Fellowship, diciéndome que Thich Nhat Hanh iba a venir a Nueva York y que iba a cambiar de avión en Nueva Jersey. Y me preguntaron: ¿Quisiera acompañarlo mientras está en el aeropuerto? Así que fui al aeropuerto, y allí me escribiste un poema en una servilleta.

Estabas en la Universidad de Columbia en ese momento. Daniel Berrigan, el activista por la paz, estaba celebrando la eucaristía en la pequeña sala que yo había alquilado allí, y entonces viniste y recitaste el Sutra del Corazón.

¿Recuerdas cuando caminamos juntos con un pequeño grupo de personas en una protesta contra la proliferación nuclear en Nueva York en 1982?

Thich Nhat Hanh: Creo que éramos un grupo de 60 personas solamente, y teníamos una bandera, y me invitaron a unirme a la marcha, y dije que me uniría si me permitían caminar pacíficamente. Así que organizamos el grupo y caminamos con mucha calma. Y entonces mucha gente detrás de nosotros se enfadó. Había medio millón de personas caminando ese día. Desde atrás nos gritaban: “¿No pueden caminar más rápido?” Algunos nos adelantaron, y luego miraron hacia atrás y vieron la forma en que caminábamos, y entonces cambiaron su actitud. Se dieron cuenta de que estábamos practicando la paz, no solo exigiéndola. Si uno no es capaz de ser pacífico y feliz a cada paso, entonces una marcha por la paz deja de tener sentido.

Hermano David: Luego los organizadores nos dijeron “sigan este atajo”, y de repente estábamos de nuevo a la cabeza de la fila, y toda la gente que nos había pasado volvía a venir por detrás y nos pasaba de nuevo, pensando “¿cómo llegaron hasta aquí?”

Thich Nhat Hanh: El movimiento por la paz debería ser una comunidad de práctica. La paz es una práctica. Organizar un grupo de personas para pedir por la paz no es suficiente. A veces se lo organiza con violencia, o con mucha rabia. El movimiento por la paz durante la guerra de Vietnam no fue muy pacífico. Al principio lo hicieron bien, pero después de luchar durante años y no ver ningún resultado, se impacientaron, se enfadaron más y más, y finalmente quisieron la victoria de un bando sobre el otro. Y eso no es realmente un movimiento de paz. Creo que un movimiento por la paz debería ser una comunidad de práctica, en la que las personas vivan juntas en hermandad.

Br. David junto a Thich Nhat Hanh (primero y segundo de derecha a izquierda respectivamente) en la marcha por la paz del 12 de junio de 1982 en New York.


Reflexiones:

  1. REPLY
    Silvia M.SANTIÁ dice:

    Gracias por compartirlo y difundir.

  2. REPLY
    Gabriela dice:

    Gracias, inspiración en esencia.

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