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Uniendo partes – Tercer encuentro

Los invitamos a hacer, en casa u otro lugar apropiado, esta nueva etapa del taller “Uniendo partes”, a cargo de Patricio Grehan. ¿Cómo conciliar el anhelo de unidad y armonía con la multiplicidad de situaciones, estímulos y demandas que reclaman pedazos de nosotros mismos? Una tensión que vivimos siempre, pero particularmente a fin de año.


Para repasar lo visto en el primer taller, haz click aquí.
Para repasar lo visto en el segundo taller, haz click aquí.

notesNo estamos en días simples. El fin de año ya sabemos cómo es. Nuestra tarea, en este pequeño camino de “unir partes”, es regalarnos el tiempo para detenernos, mirar lo vivido y luego, actuar con confianza.

¿Has podido recorrer tus luces y oscuridades? ¿Hacerte del regalo del cenit y del nadir? Si es así, te invito a dar un nuevo paso.

Dice Br. David en Celebration: “Cada vez que sacudimos el adormecimiento del estar acostumbrados a las cosas o darlas por sentado, la vida nos toca con toda su frescura”.

Esta es la invitación: ¡no dar nada por obvio!

Contemplar el significado de este tiempo: celebrar las buenas noticias y comulgar con la noche

Te invito a “leer” juntas las cosas buenas y las experiencias de la noche que has vivido, contemplando el significado de este tiempo.

Es importante el esfuerzo de leer juntas ambos tipos de experiencias para no hacer lecturas dualistas, vale decir bueno- malo. Se trata de superar la mirada superficial que las clasifica en buenas y malas para pasar a leerlas más profundamente, no por separado si no juntas, porque el significado más profundo de lo que vivimos está en ese sentido que aflora, no cuando separamos sino cuando unimos.

Por ejemplo, supongamos que para una persona lo mejor del año fue terminar de construir con su mujer la propia casa en el lugar siempre querido. Y lo peor fue la partida de dos personas muy queridas, en marzo y noviembre.

La espiritualidad es un camino para ir de la fragmentación a la integración. Nos permite vivir una experiencia trascendente de la unidad con uno mismo, con todo, con todos y con Dios, en medio de la más radical diversidad.

Después de un rato de contemplación en silencio de las experiencias de cenit y nadir, te propongo expresar el significado de lo vivido, formulando un título para este tiempo que recoja el sentido de todo.

El esfuerzo de “leer” juntas estas dos experiencias y expresarlo en un título podría quedar, en el ejemplo que hemos dado, en lo siguiente: “el regalo y el dolor de una vida intensa”. Te fijas que al expresarlo así quedan unidas las dos experiencias como las dos caras de vivir con sentido. Quiere decir que para esta persona, las experiencias vividas le permitieron tomar conciencia que una vida intensa está compuesta de estas dos caras: la cara de los logros porque conseguimos con esfuerzo y con apoyo lo anhelado, y la cara del dolor que está íntimamente unida al amor.

Volvamos ahora a nuestra práctica del método. Una vez que tienes un título englobante, te propongo que proyectes el sentido de este tiempo hacia delante, reflexionado sobre los llamados que te hace este tiempo. Vale decir, pregúntate: En todo lo que he vivido en este tiempo, ¿A qué me está invitando el Espíritu? ¿Hacia dónde me “provoca” a caminar?

Finalmente puedes buscar una poesía, la letra de una canción, un texto sagrado, etc., que te recuerde el mensaje de este tiempo, y ponlo donde lo puedas ver cotidianamente.

Para conocer más la propuesta

En estos encuentros te hemos propuesto un método para releer nuestra vida. Te propongo que lo conozcamos un poco más, para comprenderlo mejor.

Como casi todo en la vida humana, la vida espiritual implica un drama, una tensión entre dos polos, que no resulta fácil conciliar. Por una parte, por nuestro origen trascendente, somos parte de esa perfecta comunión que es Dios o la Vida. Llevamos sus huellas sobre nosotros, las anhelamos y necesitamos vivir en comunión. Necesitamos experimentar que somos UNO con nosotros mismos, con todo el cosmos y con lo Absoluto.

Por otra parte, vivimos atrapados en mil cosas diferentes, dispersos, confusos, fragmentados por funciones, tareas, pensamientos contradictorios, deseos, sensaciones, sueños, ideologías, que se turnan para cobrar preeminencia en nuestra conciencia, en la eterna sucesión de lo MÚLTIPLE, en la que pasamos sucesiva y velozmente de un micro mundo y una micro identidad a otro micro mundo con otra micro identidad. Entonces podemos decir que nuestra vida se estira entre:uniendo partes copy

En medio de todo esto, nos sentimos interiormente divididos dramáticamente entre nuestra necesidad de satisfacer el sentirnos uno, y nos vemos obligados a vivir en el mundo de lo múltiple, lo transitorio y efímero.

Para solucionar este drama, a lo largo de la historia y también hoy, la humanidad ha intentado dos caminos diferentes. Unos optan conscientemente por un camino y otros optan, consciente o inconscientemente, por el otro.

Un camino es el alejarse del mundo, intentando someter la fragmentación de la vida a fuerza de alejarse de la conflictividad de la vida acelerada, dividida y múltiple. Optar por “retirarse” de la vida, tomar distancia de la amenaza de la fragmentación. Otros se inclinan conscientemente (y en su mayoría inconscientemente) por asumir la fragmentación, confundiéndose con ella, dejándose llevar.

Nos parece que ambos caminos tienen parte de verdad y legitimidad. Es verdad que necesitamos tomar distancia de la vorágine de la vida para darnos cuenta de su sentido, pero también es verdad que la mayoría de la humanidad no puede vivir una vida de retiro permanente. El desafío de una espiritualidad fecunda consiste en ponernos a salvo del drama de vivir la vida como algo caótico, enloquecido, fortuito y sin sentido, o vivirla como algo elitista, exclusivo y extravagante, favoreciendo una síntesis espiritual armónica, potente y significativa.

Una síntesis espiritual armónica, potente y significativa

La espiritualidad es un camino para ir de la fragmentación a la integración. Esta es la “función” específica de la espiritualidad. Permitirnos vivir una experiencia trascendente de la unidad con uno mismo, con todo, con todos y con Dios, en medio de la más radical diversidad.

Es un camino que consiste en recogernos y contemplar. Estos dos aspectos son opuestos y complementarios. La espiritualidad nos permite vivir ambos al mismo tiempo. Por una parte, meternos en nosotros mismos y hacernos cargo de todo lo que somos, sin que nada quede perdido o disperso; y al mismo tiempo, abrirnos completamente a la experiencia luminosa de sentirnos ante una Presencia que recoge todo, sin dejar nada ni a nadie fuera. La espiritualidad es dar al mismo tiempo estos dos pasos aparentemente contrarios, y sin embargo, posibles de dar, porque a través de la espiritualidad nos sentimos al mismo tiempo criaturas ante el creador y capaces de contener el universo entero.

La espiritualidad es el camino que nos permite vivir contemplando el hilo invisible que une todas las cosas, sin lo cual nada tendría sentido en nuestra vida ni en todo lo que nos rodea. Sin la espiritualidad todo parece arbitrario, caótico y absurdo.

La espiritualidad es el camino para asumir nuestra realidad totalizadamente. La vida espiritual nos permite comprender que somos una unidad ecológica – biológica – psicológica – social – ética – espiritual, donde no hay desgarrones sangrantes que separan dolorosamente todo aquello que estamos llamados a vivir anticipando la comunión universal.

En nuestro próximo y último encuentro, te invitaremos a escuchar el susurro de la Sabiduría que trae para ti un llamado.


Reflexiones:

  1. REPLY
    Sara dice:

    Gracias!

  2. REPLY
    Blaca beatriz iribarren dice:

    Gracias por el envio. Este mensaje es muy esclarecedor y me ayuda en mi busqueda espiritual. Leo mucho sobre estos temas buscando mi equilibrio y la raiz de mis disturbios psiquicos… busco una guia que me oriente ya que no es facil encontrar sola el camino. Estoy dispuesta a recibir orientacion. gracias

  3. REPLY
    patricia dice:

    Muy bueno!! Es interesante….solo que se lo quiera pasar a hombres también y obviamente no es una critica, solo es un detalle, pero esta dirigido a ” mujeres” por que? Saludos patricia

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