Chris Wilson, miembro de ANG*L (Una Red para Vivir Agradecidos), presenta a la gratitud como una ética para nuestro tiempo. “La práctica de la gratitud puede tomarse como una ética universal, capaz de guiarnos pacíficamente hacia una nueva era en la que logremos compartir equitativamente los recursos naturales y cuidar el medio ambiente pensando en las generaciones futuras”.