La música es un misterio, como la vida misma… Con ocasión del Día de la Música, celebrado cada 22 de noviembre, compartimos reflexiones del hermano David en que habla de la música como una realidad que ilustra el misterio de nuestra existencia.
Construyamos un mundo mejor tomando conciencia de que formamos una sola familia con toda la humanidad y con todos los seres vivos. “¿Podemos extender nuestra preocupación hasta abrazar a todos los miembros de la Familia de la Tierra?”
El hermano David Steindl-Rast analiza el gesto de la gratitud, y nos propone elevarnos desde el plano humano a la gratitud trascendente, al encuentro del Dios que es Dador, Receptor y Don. “Allí radica nuestra humana responsabilidad: la de encontrarle un sentido a nuestro paso por este mundo; la de celebrar el sentido de nuestra vida mediante el gesto de la gratitud”.
Compartimos una entrevista aparecida en el diario La Nación (Argentina). El hermano David destaca a la gratitud como una actitud común a todas las corrientes espirituales, y que está estrechamente ligada a vivir el momento presente.
Si nos cuesta aceptar nuestras sombras, puede deberse en parte a nuestras raíces religiosas: el cristianismo, con su insistencia en la búsqueda de la perfección, ha olvidado la divina oscuridad. Sin embargo, el mensaje bíblico habla de luz y sombra, vida y muerte, como realidades integradas.
El sentido poético es el que descubre aquello que escapa a la razón: descubre nuestras raíces en la Tierra y en el propio corazón. Solo el poeta dentro de cada uno de nosotros tiene ojos para la inherente sacralidad de la naturaleza.
El hermano David nos hace llegar una carta con sus saludos y buenos deseos para estas Fiestas. Si afrontamos las dificultades con valentía, juntos podemos contribuir al nacimiento de una nueva humanidad.
Partiendo de la experiencia del amor, de un sentimiento de pertenencia universal, podemos arribar a la experiencia de Dios, quien nos habla a través de todo lo que existe. Escuchar su voz requiere hacernos más sensibles.