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El poder del amor, la fuerza del perdón

Hugo Mujica

El poder del amor es “la fuerza de aceptar nuestra debilidad, aceptar nuestra verdad para saber perdonar la debilidad de los demás, como es perdonada la nuestra”.


Del evangelio de Marcos (7, 1-11)
Juan Bautista predicaba, diciendo: “Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo”. En aquellos días, Jesús llegó desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu Santo descendía sobre él como una paloma; y una voz desde el cielo dijo: “Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección”.

En navidad acogíamos a Jesús, el Dios nacido niño,
el Dios en su debilidad, en su necesidad;
hoy, en la fiesta del bautismo, nos acoge Jesús.

Un Jesús ya adulto, ya crecido en tamaño y sabiduría,
ya listo para el amor,
ya dispuesto para entregarse a los demás.

El rito del bautismo judío,
el rito al que Jesús se somete,
al que se entrega,
no es aún el sacramento que Jesús mismo confiará a la iglesia,
el que tendrá su Espíritu, que todavía no entregó.

El bautismo judío en un rito de purificación,
es la respuesta al deseo de pureza
que anida en todo hombre,
el deseo sin el cual no conoceríamos nuestro pecado,
no añoraríamos el bien, no anhelaríamos el amor.

El rito judío consistía en que el hombre
confesara sus pecados,
que como pecador pidiera a Dios que esas aguas que él mismo había creado
lo lavaran de toda mancha,
lo purificaran de toda falta,
lo que nosotros mismos buscamos en la confesión.

A través de ese rito, el hombre pedía,
simple y abismalmente,
la inmedible gracia de empezar una vez más,
de saberse perdonado,
de poder recomenzar.

Jesús no tiene nada propio que confesar,
pero igualmente se bautiza,
se desnuda, y en su desnudez las aguas no encuentran mancha,
las aguas que transparentan su transparencia.
Es Jesús quien busca y encuentra en esas aguas las manchas de todos los hombres,
las que vino a limpiar.

Es Jesús quien se coloca deliberadamente entre los pecadores,
quien hace del pecado humano el umbral de peregrinaje
hacia nuestra salvación, hacia su perdón.

Jesús se sumerge en nuestras manchas para que salgamos limpios con él,
con tal de que también nosotros nos desnudemos frente a Dios,
con tal de que también nosotros nos trasparentemos ante los demás.

Tal la misión del Hijo,
Tal el gozo del Padre viendo a su hijo allí:
“Éste es mi hijo amado, en quien me complazco”.

En estas palabras pronunciadas sobre el hijo amado,
inauguradas sobre él,
es a la humanidad entera, es a cada uno de nosotros,
a quien el Padre nombra;
nombra en la esperanza de hacernos hijos lavándonos, perdonándonos,

la esperanza de volver a hacernos hijos con tal de que aceptemos ese perdón,
con tal de que aceptemos y mostremos nuestra desnudez,
con tal de que la aceptemos aceptando, y no juzgando,
la de los demás.

Es en cada uno de nosotros en quien el Padre ve,
desde el día de nuestro bautismo,
la imagen del Hijo amado,
del Hijo en quien nos amó para devolvernos el poder de amor.

La fuerza de aceptar nuestra debilidad,
aceptar nuestra verdad para saber perdonar la debilidad de los demás
como es perdonada la nuestra,

tal la misión que, cuando deje las aguas,
el hijo comenzará a realizar,

la que cada uno de nosotros,
desde nuestro bautismo,
está llamado a encarnar, dejando vivir en nosotros el Espíritu que Jesús
recibió en su propio bautismo,

el Espíritu que desde la cruz Jesús nos entregó
para que vivamos desde ese Espíritu,
para que en esa vida del Espíritu siga latiente la vida de Dios.


Hugo Mujica estudió Bellas Artes, Filosofía, Antropología Filosófica y Teología. Tiene publicados más de veinte libros y numerosas antologías personales editadas en quince países; alguno de sus libros han sido publicados en inglés, francés, italiano, griego, portugués, búlgaro, esloveno, rumano y hebreo.

www.hugomujica.com.ar

Reflexiones:

  1. REPLY
    Susana dice:

    Deberé leerla muchas veces para entenderla bien

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