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Retiro en Buenos Aires, tercera conferencia

David Steindl-Rast

En esta tercera conferencia, el hermano David habla de la fe, la esperanza y el amor como respuestas al misterio divino, y de la oración como fruto de nuestra comunión con la divinidad.


11- Fe, esperanza y caridad

Podemos entender al misterio divino como Dador, Don y Acción de gracias. Si comparáramos a la vida con un río, el divino Misterio sería la Fuente del agua, el agua misma y su fluir. Las tres formas tradicionales de relacionarnos con este misterio son la fe, la esperanza y la caridad. Podemos entender a estas tres virtudes teologales como tres formas de experimentar el poder de la vida en nosotros.

Duración: 3’20”


22- La fe

La fe no significa creer en algo, sino que es una confianza radical en la vida. Su opuesto no es la falta de fe, sino el miedo. No estamos exentos de ansiedad, pero no debemos dejar que nuestra ansiedad se convierta en temor. La fe nos ayuda a confiar en que saldremos adelante en cualquier situación, por más difícil que sea. El miedo nace del ego, y del miedo nacen todos los males del mundo: la violencia, la lucha de poder, la avaricia. Por el contrario, la fe lleva a la paz y a la cooperación.

Duración: 11’13”


33- La esperanza

La esperanza es distinta de las expectativas. Tenemos expectativas de cosas que imaginamos, mientras que la esperanza es apertura a lo inimaginable. Podemos definir la esperanza como apertura a la sorpresa. Una persona de esperanza es aquella que sigue esperando aún cuando todas sus expectativas se han derrumbado. Lo opuesto a la esperanza es la desesperación, que es cerrarse a las sorpresas de la vida. Todos los males del mundo nacen también de la desesperación.

Duración: 11’31


44- El amor

El amor no significa una preferencia, sino que es decir sí a la pertenencia. Lo opuesto al amor no es el odio, sino la indiferencia. Así se entiende el amor a los enemigos: el amor no es indiferente ante el enemigo, sino que lo tiene en cuenta. No podemos pretender que todos nos caigan bien; sin embargo, ése es el desafío del amor: no ser indiferentes ante quienes nos cuesta amar. Así como ocurre con el miedo y la desesperación, los males del mundo nacen también de la indiferencia.

Duración: 11’19”


55- Los tres mundos de oración – La oración del silencio

Necesitamos distinguir entre oración y oraciones. La oración no es una actividad más entre otras, sino una actitud de constante comunicación con el Misterio divino. La comunicación no implica dos polos totalmente separados, sino polos que ya están en comunión. La comunicación no es la raíz de la comunión, sino su fruto. Hay tres mundos de oración; el primero es la oración del silencio, que consiste en sumergirnos en el misterio divino. Es la oración propia de la fe, por la que nos sumergimos en Dios con total confianza.

Duración: 7’33”


66- La oración de la palabra

Podemos entender cada persona, cada cosa, cada situación, como una Palabra que nos habla. La respuesta es el segundo mundo de oración, que es vivir de la Palabra de Dios. “El hombre vive de toda Palabra”: debemos aprender a nutrir nuestra vida con cada Palabra que sale a nuestro encuentro, aún cuando ella nos sea adversa. Esta segunda forma de oración es la oración de la esperanza, que espera en el poder de la Vida aún cuando todo nos hable de muerte.

Duración: 5’21”


77- La oración de la acción

La oración correspondiente a la virtud de la caridad es la contemplación en acción, que es comunión con Dios a través nuestras acciones. Esta oración consiste en experimentar el amor de Dios en todo lo que hacemos. Vivir agradecidos es una vida de constante oración, ya que implica confiar en la vida, abrirnos a cada Palabra y responder a ella. De esta forma, la práctica de la gratitud hace que el Misterio divino fluya en y a través nuestro.

Duración: 7’22”


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