¿Cuál es la diferencia entre alma y espíritu? El alma es la concreción individual del Espíritu, íntimo y a la vez trascendente. Respuesta del hermano David durante su visita a Sudamérica en 2013.
– Participante del retiro: Hermano, ¿cuál es la diferencia entre alma y espíritu?
– Hermano David: El espíritu es nuestro “estar vivos”. Definitivamente se trata de un gran misterio. No podemos entender plenamente este estar vivos; podemos tener experiencia de ello, pero no podemos definirlo intelectualmente. El espíritu es una expresión de la vida divina en nosotros; a través de él nos conectamos con la divinidad. Estamos llenos del espíritu; sin embargo, ese espíritu nos trasciende infinitamente. Una imagen para ilustrar esto podría ser la de un recipiente lleno de agua, que a su vez está sumergido en el océano. Así, estamos llenos del espíritu, el cual nos da vida, pero al mismo tiempo nos trasciende infinitamente.
Lo que cada uno vive, sufre o celebra en su vida, hace un aporte a la Vida misma que jamás se perderá.
Lo que cada uno vive, sufre o celebra en su vida, hace un aporte a la Vida misma que jamás se perderá.
Ahora bien, “alma” es un concepto totalmente diferente. Todos somos un solo ser, pero distintos “yos”. Lo que nos hace ser distintos es nuestro cuerpo. El cuerpo, sujeto al tiempo y al espacio, es lo que marca la diferencia entre nosotros. En occidente, tanto para la filosofía como para la teología, el alma es definida como aquello que hace que este cuerpo sea este cuerpo; aquello que hace que yo sea yo. Esta noción difiere totalmente de la idea del alma como un pequeño ser que, cuando morimos, sale del cuerpo y se va a otro lado. Así se suele explicar la noción de alma, pero esto es solamente una imagen.
Pienso que la mejor manera de concebir al alma es decir “mi alma es lo que hace que yo sea yo”; así como mi ser es lo que me hace ser uno con los demás. La razón por la cual esta noción del alma inmortal es tan importante, es que todo lo que uno vive o sufre en esta vida tiene un valor permanente, es algo que nunca se va a perder. El sufrimiento de cada uno contribuye a la riqueza de la realidad. El pensar así le da una gran dignidad a nuestra vida. Nunca ha existido nadie que haya tenido exactamente el mismo cuerpo que uno, o nuestra misma alma; por eso, lo que cada uno vive, sufre o celebra en su vida, hace un aporte a la Vida misma que jamás se perderá.
Es como si uno estuviera tocando en una gran orquesta; si nuestra contribución personal no estuviera allí, la música no sería la misma. Cada uno de nosotros hace una contribución irreemplazable a la vida; de aquí la importancia de hablar del alma. En síntesis, tenemos que mantener unidos estos dos conceptos: el alma que nos hace individuos, y el ser que nos hace uno con todos.
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Renato dice:
23 julio, 2015a las13:25Hermosa definicion Hermano David me ayudo a comprender mejor la relacion con mi Dios
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