Compartimos un hermoso relato de María José Iribarne, quien nos cuenta en primera persona sus vivencias durante nuestro encuentro de espiritualidad del fin de semana. “Me siento profundamente convocada a encontrar coraje para lograr cambios en mi ámbito y por extensión en mi país. Sé que los necesito a ustedes que también están buscando fuerza espiritual para poder lograrlo. Somos muchos más de lo que creemos”.
Ver dentro de la oscuridad es tener claridad. Saber cómo ceder es nuestra fuerza.
Usa tu propia luz y regresa a la fuente de luz. Eso se llama practicar la eternidad.
Lao Tzu
Llegué al retiro del 2015 con optimismo y con algunas incógnitas. Me anoté por lo memorable que había sido la experiencia del año anterior, el primer retiro organizado por Vivir Agradecidos en 2014, que contó con la presencia del Hermano David Steindl-Rast. Quiero compartir mi experiencia de este año porque el retiro, “Una Plenitud Examinada”, resultó ser un gran acierto, cuyos resultados seguramente cosecharé a lo largo de todo el año. Fue un fin de semana de encuentros cálidos y conclusiones significativas.
Nos dio la bienvenida Beto Rizzo –uno de los pilares de Vivir Agradecidos, junto con su esposa Lizzie– agradeciéndonos por acudir al retiro y con el pacto de que cuando sonaran los timbales durante el día, sería el momento de hacer un alto, de detenernos para tomar conciencia. Luego tomó la palabra Ana María Díaz que vino de Chile para guiarnos, con Patricio Grehan, en un recorrido por nuestro pasado-presente-futuro. Como introducción, nos explica Ana María citando a Sócrates, que una vida no examinada no merece ser vivida y nos invita a cosechar lo que hemos aprendido. Es decir, darnos cuenta, justamente, de lo que ya hemos vivido, de nuestros tesoros internos ya sean frutos del “sol amarillo” o del “sol negro”. Me entusiasmó el desafío, tenía la esperanza de salir del retiro con una idea de futuro mejor cristalizada.
La metodología del trabajo consistió en tomarnos un tiempo para el trabajo personal y después compartir la esencia de nuestras búsquedas con otros, en grupos de dos o tres. Allí aparecieron las coincidencias que nos hicieron sentir hermanados. En el dolor a veces creemos que lo que nos pasa no les pasa a los demás. Lo maravilloso es aprender también de la vida del otro. Durante los ejercicios, me encontré con miradas acuáticas, llenas de empatía.
Parte del alma, y el secreto, de este encuentro fue compartir además todas nuestras comidas en grupos de cinco o seis personas. Inmediatamente se creaba entre los participantes gran sintonía en la conversación; se generó un espacio de enorme pertenencia. Nos conectaban los temas que nos interesan y que tienen una incidencia directa sobre la felicidad de todos los días. Aprendí solo con escuchar. Aprendí de los que contaron sus historias: personas que mejoran la vida de los moribundos, que hacen reír a los enfermos, que enseñan a las parejas a disfrutar de una sexualidad plena o que regalan su tiempo para ayudar a otros sin otra vocación más que la de servir. Estas conversaciones circulares en la mesa siguieron condimentando el trabajo del fin de semana. A veces, cuando sonaban los timbales, hacíamos silencio. Una manera de tomar conciencia y hacer ese alto (“stop”) para luego poder mirar (“look”) y actuar desde allí (“go!”).
Pasado, presente y futuro fueron acompañados por rituales de cierre. Frente al dolor del pasado analizamos las etapas del perdón (que me resultaron novedosas y prácticas). Escribimos cartas y después de juntarlas en un altar, les dedicamos una sentida reverencia grupal en homenaje al dolor sufrido, agradeciendo así las lecciones aprendidas.
En el presente, para disfrutar de los placeres hay que “tenerse” no “entre tenerse”, explica Ana María. Es decir, hay que estar con plena atención, despiertos, presentes. Después de recorrer lo que nos hace felices en el presente, celebramos ese reconocimiento con una copa de vino que compartimos entre todos. Frente a más de cuarenta emotivos brindis a viva voz, pasando la copa de mano a mano, en el precioso jardín de la casa, se coló ya la esperanza que nos llevaría al trabajo del futuro del último día. Cerramos la noche con una danza grupal para seguir celebrando el presente entre risas y alegría.
Se generó un espacio de enorme pertenencia. Nos conectaban los temas que nos interesan y que tienen una incidencia directa sobre la felicidad de todos los días. Aprendí solo con escuchar.
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Maria Jose dice:
18 marzo, 2015a las22:39¡Quiero agradecerles los comentarios a todas! Patty a vos en particular agradecerte la interpretación que siempre hacés en forma tan precisa, elegante y generosa y lo que es igual de importante es que al pasar por tu corazón bondadoso le hacés honor a las palabras de Brother David. Elena, Irene, Alicia e Isabel, me siento muy contenta de que hayan leído la crónica, es una manera de honrar lo que vivimos todos. Se cumplió mi deseo de que los que fueron al retiro pudieran revivirlo y los que no pudieron asistir se incorporaran a la experiencia a través de la lectura. Me siento agradecida.
Isabel dice:
18 marzo, 2015a las17:48Hermoso relato Maria José!! Comparto tus comentarios, fue un encuentro iluminador especialmente para mí, que ojalá repita.
Bendiciones!
Alicia dice:
18 marzo, 2015a las14:48Hola Maria Jose !! No te conozco personalmente ya que no pude estar en el retiro, pero me llego tu relato y te agradezco, por transmitir esa vivencia tan enriquecedora, y si, estoy de acuerdo que en esta busqueda, somos muchos mas de lo que creemos! Gracias por compartir tu experiencia !!
Irene dice:
10 marzo, 2015a las01:46María José, quiero darte las gracias por el relato y agregar que lo vivido en el encuentro ha tenido gran impacto en cómo deseo seguir nutriendo mi vida. Todas las personas presentes alli, con su sabiduría, experiencias de vida y generosa escucha modelaron la maravilla de vivir agradecidos. La pasión y el entusiasmo son las llamas para vivir vidas con sentido. Nuestras vidas serán mas extraordinaria si podemos compartir el mensaje y lo vivido con la gente. Sigamos en contacto!
Elena dice:
9 marzo, 2015a las10:31Maria José: muchas gracias por tu relato, comparto tus vivencias.
Abrazo enorme
Elena
Patty dice:
9 marzo, 2015a las01:37Muchas gracias, querida María José, por este perfecto resúmen de lo que viviste en el retiro porque me hizo revivirlo y volver a agradecer por haber participado.
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