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Calma, apertura, conexión

Compartimos imágenes y palabras que recogen lo vivido en el taller de constelaciones familiares del pasado 4 de marzo. ¡Gracias al Lic. Gustavo Rodio, al equipo de voluntarios y a todos quienes se sumaron a esta propuesta!


“La conciencia meditativa es un espacio interno donde las preguntas y las respuestas se encuentran, dialogan y se desvanecen. Es el espacio para el encuentro con el espíritu de cada uno, para después ir al encuentro con los otros. Quien se nutre de la Fuente del Gran Espíritu jamás tiene sed…”

Y siguió con tres palabras repetidas como mantras:

“Calma – Apertura – Conexión”.

“Wow”, sentí, pensé, ya con los primeros esbozos de Gustavo. Pero más “wow” fue lo que vino después: poder experimentar de qué sed hablaba.

Un espacio y tiempo, una práctica chamánica, una metodología de constelaciones, muchas almas en resonancia, fenomenología, humanidad sin corazas.

¿Si las historias se repetían, si los temas eran parecidos o iguales (vínculos de amor, pertenencia, lealtades familiares, enfermedades, duelos, sensación de insatisfacción, sentido de vacío, pérdida de rumbo), si las lágrimas eran múltiples, si la emoción brotaba… podemos reducirlo a pura casualidad? ¿Podemos simplificarlo a “coincidencia” porque tocaba una fibra íntima vivida?

¿O será esa Sed que todos buscamos, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, incluso en el insomnio también?

Sed de amor, pero ese amor incondicional. El que buscamos en todas sus formas, en todos los reinos, lo que nos trajo a la vida y que sucede mientras respiramos, y también lo que nos lleva a otros planos. Y sin embargo, nos olvidamos que estamos hechos de ese agua-amor que es infinito, inagotable, que no discrimina a nadie.

Y está en nuestras venas.
Y late en nuestros corazones.
Y esta detrás de cada pensamiento.
Y podemos sentirlo en un beso, en un abrazo, en ese llamado, en esa lágrima compartida con un desconocido, en la mirada con tu perro, en la sombra de un árbol.

Y en esa experiencia ritualista-sistémica me vino a la mente que cuando estamos bebiendo de esa agua hay algo que resuena distinto:

Calma – Apertura – Conexión.

Con nosotros mismos, con los otros, con la vida.

Y la Sed se transforma en simplemente Ser.

Dani Escobedo


Imágenes del taller

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