Fabiana Fondevila
“Lo que olemos en otoño es la despedida de las hojas antes de descomponerse y volverse polvo, barro, suelo, todo”. Una bella reflexión de Fabiana Fondevila.
El otoño huele a nostalgia. Siempre pensé que esto era una mera “ilusión olfativa”, la impresión combinada del colchón dorado sobre el suelo, el aire fresco, la luz prístina, que despertaba algún recuerdo tan nítido que parecía volverse aroma (el sentido más cercano a la emoción).
Este año, la impresión fue tan fuerte que quise investigar. Aquí la respuesta: al dar su último suspiro, las hojas “exhalan” todo tipo de gases a través de unos diminutos orificios conocidos como estomas.
Entre los compuestos que liberan están los terpenos, unos aceites que recubren a las plantas y que generan ese característico aroma a bosque.
Como suele ocurrir, la metáfora viene envuelta en sensorialidad. Lo que olemos en otoño es la despedida de las hojas antes de descomponerse y volverse polvo, barro, suelo, todo.
“Nostalgia” significa “sentimiento de tristeza y añoranza por la pérdida de algo o alguien querido”, y originalmente nombraba el deseo de volver al hogar, lo familiar, lo conocido.
Cuando mañana me sorprenda otra vez el aroma de la despedida, inhalaré hondo, como quien dice “gracias”, y buscaré el hogar bajo mis pies.
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