Estamos acostumbrados al pensamiento excluyente: bueno o malo, blanco o negro… El teólogo judío Pinchas Lapide, en diálogo con Viktor Frankl, propone pasar del “o” al “también”. “Cada mitad necesita la otra mitad, no solo como contraste sino para la propia autocomprensión… La unificación de ambos polos es lo divino, esa divina fuerza que denominamos amor”.