“Destino” refiere aquí a la ruta del despliegue de nuestra esencia: cumplir con lo que, quizás, vinimos a vivir, para nuestra evolución y la de los demás. ¡Aunque nos sintamos confundidos en este gran laberinto!
La mayoría de nosotros sentimos y reaccionamos “en automático”. Sin embargo, podemos expandir nuestro universo emocional y, con ello, desplegar nuestra verdadera identidad.
Br. David señala que “contemplación” significa poner los ojos en un orden superior para luego llevar ese orden a nuestra vida cotidiana. “Al aceptar el desafío de la contemplación, comenzamos a descubrir la plenitud de vida que nuestro corazón anhela”.
El paso de un año a otro nos habla de despedidas y bienvenidas. Es una ocasión para recordar que solo despidiendo lo viejo podemos recibir lo nuevo. Una invitación a vivir en libertad.
A propósito de las fiestas de fin de año, ¿por qué nos deseamos “felicidades”, en plural? Porque no es “la” felicidad perfecta, sino las pequeñas felicidades cotidianas las que están a nuestro alcance. Ellas están allí, esperándonos.
Una charla con Joaquín Grehan, médico especialista en Medicina del Estrés y Estilo de Vida, para saber cómo impacta en nuestro cuerpo aquello que pensamos y de qué manera el buen manejo de nuestras emociones puede ayudarnos a vivir mejor.
La poda resulta en una mejor cosecha. Saber renunciar conduce a una mayor plenitud de vida. “He aprendido que la renuncia ayuda a tener una vida mejor, con más espacio para las cosas que verdaderamente queremos elegir”.
Aún despertado por las cosas cotidianas, el asombro señala profundidades insondables. “Posiblemente, ser testigos de la fuerza de la vida, y asombrarnos ante el misterio que la anima, sea nuestra tarea más importante”.