Pronunciadas en 1975, estas palabras tienen hoy aún mayor vigencia. Con ellas, el hermano David cerró un acto en las Naciones Unidas que reunió a líderes espirituales de todo el mundo, entre ellos la Madre Teresa de Calcuta. “El espíritu humano es uno. Silenciosamente, echemos raíces en sus profundidades. Allí reside la única fuente de paz posible”.
El hermano David responde a esta pregunta en base a la propuesta del Dalai Lama, de abrazar una ética mundial por encima de las diferencias culturales y religiosas.
Compartimos la segunda parte del artículo “¿Qué es más importante, la ética o la religión?”, en que el hermano David se hace eco del llamado del Dalai Lama a abrazar una ética universal.
El hermano David responde preguntas recibidas por e-mail en relación a la afirmación del Dalai Lama, quien sostiene que “La ética es más importante que la religión”.
El hermano David Steindl-Rast analiza el gesto de la gratitud, y nos propone elevarnos desde el plano humano a la gratitud trascendente, al encuentro del Dios que es Dador, Receptor y Don. “Allí radica nuestra humana responsabilidad: la de encontrarle un sentido a nuestro paso por este mundo; la de celebrar el sentido de nuestra vida mediante el gesto de la gratitud”.
El hermano David y Thich Nhat Hanh recuerdan a Martin Luther King, luchador contra el racismo, opositor a la guerra de Vietnam y Premio Nobel de la Paz. Tres hombres, de tres razas distintas, de tres religiones distintas, y un sueño en común: una sola humanidad, sin divisiones.
Br. David dialoga con el monje budista Thich Nhat Hanh, quien dice: “La vida está disponible solo aquí y ahora; el reino de Dios está a nuestro alcance solo aquí y ahora. No debemos esperar a morir para entrar en el reino de Dios; quizás entonces sea demasiado tarde”
Presentamos la tercera parte del diálogo entre el hermano David y Thich Nhat Hanh. Hay “poderes” como el dinero o la fama que, paradójicamente, nos quitan fuerzas. Pero hay otra clase de poderes que, en su aparente debilidad, nos hacen más fuertes: el desapego, el amor y la comprensión.
En esta segunda parte, el hermano David y Thich Nhat Hanh dialogan acerca de la gratitud incluso en situaciones de dolor y de muerte. La muerte es parte de la vida, y no implica una aniquilación, sino una transformación.