Al ponernos en el lugar del otro, el poder se transforma en solidaridad. Esta solidaridad nos redime, nos salva del egoísmo, nos libera: “Quizás sobre esta base podamos edificar una nueva comunidad: la de la debilidad que nos hermana”.
Según Br. David, la máxima expresión de la libertad y del poder de elección está en sintonizar con el principio rector de la vida y del universo, y fluir con él. Solo así podemos alcanzar nuestros anhelos más profundos.
Con esta meditación buscamos llevar la gratitud hacia nosotros mismos para poder reconocer nuestras cualidades únicas y las virtudes de nuestro ser. Cuando sabemos reconocernos, también nos sabemos parte importante del Todo.
Estudios revelan que no es el simple sentimiento de gratitud, sino la gratitud acompañada de la ayuda a los demás lo que contribuye a fortalecer el sistema inmune y mejorar la salud.
¡Próximamente! Taller de danza rítmica e intuitiva conducido por Claudia Dipaq Mamani. Una invitación a experimentar diferentes emociones desde el cuerpo físico, mental y emocional a través de la danza.
Para alcanzar la armonía es necesaria la coherencia entre lo que sentimos, pensamos, hacemos y decimos. Con la meditación de esta semana trabajamos sobre esta coherencia, muy importante a la hora de buscar la plenitud duradera.
Este mes conversaremos con Virginia Gawel acerca de la gratitud hacia uno mismo, y con Maritchu Seitun sobre la gratitud en la familia. Próximamente en Youtube y en nuestras redes sociales.
¿La vida contemplativa excluye la acción social? ¿Meditar es desentenderse del mundo? El análisis del verbo “con-templar” arroja luz sobre estas preguntas: “Es elevar nuestros ojos para tratar de poner en orden nuestra vida”.
La experiencia de unidad solo puede ser abrazada cuando podemos ver más allá de las estructuras mentales que nos condicionan. Para poder integrarnos y sentirnos uno con el todo, debemos aprender a trascender la mente que etiqueta, juzga y critica.