Estas oraciones compuestas por el hermano David Seindl-Rast tienen un doble propósito: acompañarte al despertar cada mañana… e invitarte a despertar a una mayor conciencia y un mayor compromiso.
Br. David señala que “contemplación” significa poner los ojos en un orden superior para luego llevar ese orden a nuestra vida cotidiana. “Al aceptar el desafío de la contemplación, comenzamos a descubrir la plenitud de vida que nuestro corazón anhela”.
En su carta de Navidad, Br. David nos invita a elevar nuestros ojos hacia la belleza, y a levantar la mirada más allá de lo que nos divide para así descubrir las necesidades de quienes nos rodean.
¿Cómo perdonar? Respondiendo a esta pregunta, el hermano David ofrece una visión esclarecedora. El perdón es un don, y es un don que nace del corazón, donde somos uno con todos.
Todos podemos hacer nuestra esta promesa que escribiera Br. David. Un pequeño recordatorio que nos puede ayudar a vivir todo lo que la gratitud implica.
¿Hay una única verdad? ¿Se puede llegar a ella por distintos caminos? ¿Realmente se “llega” a la verdad? En este artículo, el hermano David nos nos ofrece una visión del concepto “verdad” que puede iluminar nuestros interrogantes.
Según Br. David, la máxima expresión de la libertad y del poder de elección está en sintonizar con el principio rector de la vida y del universo, y fluir con él. Solo así podemos alcanzar nuestros anhelos más profundos.
¿La vida contemplativa excluye la acción social? ¿Meditar es desentenderse del mundo? El análisis del verbo “con-templar” arroja luz sobre estas preguntas: “Es elevar nuestros ojos para tratar de poner en orden nuestra vida”.
Instintivamente tendemos, por temor, a aferrarnos a las cosas. La fe es la actitud que nos hace superar ese temor, abandonar seguridades, y así entregarnos confiadamente a la vida.